Estilos musicales
En tiempos recientes, los barraqueros han tenido la oportunidad de disfrutar de grandes figuras de la música electrónica como Ricardo Villalobos, Richie Hawtin, Loco Dice y Marco Carola, entre otros artistas de renombre. Si se extiende la lista, se pueden incluir nombres como Jeff Mills, Laurent Garnier y Sven Vath, así como las noches memorables de sus DJs residentes como Danny Fiddo y David Verdeguer. Sin duda, la variedad y calidad de artistas es impresionante.
En los años 70, Barraca contó con DJs como Enrique Cuquerella y Eugenio Vidal, quienes aportaron a la diversidad musical del lugar. La llegada de Juan Santamaría marcó un cambio significativo, ya que introdujo nuevos estilos que transformaron la discoteca, que antes se inclinaba más hacia el jazz y el funky. Con su influencia, Barraca se convirtió en un referente de la "era electrónica", fusionando géneros como el punk y la ópera, y estableciendo tendencias que resonaban en ciudades como Manchester.
En 1980, el dj Carlos Simó llegó a Barraca, marcando un cambio radical en la música del lugar. Simó se enfocó en los nuevos sonidos que emergían en la escena musical global, priorizando tendencias como el synth-pop, la electrónica inicial y la new wave, dejando de lado la música disco, que era vista como anticuada por la juventud valenciana. Sin embargo, ocasionalmente incorporaba toques de funk y clásicos del soul, lo que hacía que las noches de Barraca fueran únicas en España.
Así, en Barraca se podían escuchar bandas como Human League, Sex Pistols, Kraftwerk y Depeche Mode, convirtiéndose en un punto de encuentro para diversas tribus urbanas de Valencia, como new romantics, mods y punks. A diferencia de otros lugares en la ciudad, donde los encuentros entre estas bandas a menudo terminaban en peleas, Barraca ofrecía un ambiente de armonía, donde lo esencial era disfrutar de la música y experimentar una sensación de libertad, aunque fuera por unas horas.Es importante considerar que este fenómeno en Valencia se debió a diversos factores, entre los cuales destaca la situación casi marginal de la ciudad en comparación con grandes metrópolis como Madrid o Barcelona tras el fin de la dictadura y la transición a la democracia en España. En Madrid, la Movida dominaba el panorama, impulsada por grupos que surgieron con el deseo de experimentar y crear música sin las restricciones del régimen. Por su parte, Barcelona aún mantenía una visibilidad que dificultaba la gestación de una revolución musical similar a la de Valencia.
Si trasladamos esta comparación al contexto británico, Madrid y Barcelona podrían asemejarse a Londres y Liverpool, mientras que Valencia se equipararía a un Manchester de finales de los setenta, el mismo que vio nacer a bandas como los Sex Pistols y Joy Division, que más tarde se transformarían en New Order. En este sentido, Barraca podría considerarse el equivalente del célebre club Hacienda. Tanto los jóvenes de Manchester como los de Valencia buscaban su identidad en un entorno dominado por las grandes capitales y las tendencias socialmente aceptadas. Así, Barraca se convirtió en un punto de encuentro para una clientela diversa y excéntrica, abarcando diferentes clases sociales y edades, y se destacó por ser uno de los primeros locales en aceptar abiertamente diversas orientaciones sexuales, albergando incluso a los primeros drag queens de Valencia. Además, Barraca fue escenario de importantes conciertos de bandas como New Model Army, Lou Reed y Killing Joke.